Amor Sin Reservas
"Sin reservas' sin restricciones; tu amor por mi es salvaje. No es tímido, tampoco se avergüenza. Tu amor se alegra al ser visto conmigo. No entregas tu corazón en pedazos; no te escondes para molestarme."
Una y otra vez me encuentro repitiendo las palabras de la canción "Pieces", la cual me ha hecho meditar en el amor de Dios por los pasados días.
Cuando era niña por alguna razón llegué a creer que jamás mi corazón sería lastimado o herido. Creo que toda niña llega a creer eso. Pensábamos que nadie nos desilusionaría, o que jugaría con nuestro corazón. En nuestra inocencia no cabía la posibilidad que nuestro corazón se llegara a endurecer por alguna situación.
Pero entonces crecimos y aquella niña llena de amor e ilusión y sin malicias se enfrento a la vida. Lamentablemente en ocasiones mucho antes de lo que había pensado con experiencias dolorosas y muy lamentable. Su corazón fue lastimado a temprana edad. Lastimado por un padre, o un amigo; lastimado por su novio o un tío; un hermano o tal vez alguna situación dolorosa. Y aquel sentimiento genuino y puro llegó a convertirse en un amor fracturado, incompleto; sucio, orgulloso; oscuro y sin dirección. Cada una de nosotras en algún momento de nuestras vidas nuestro corazón ha sido herido.
Mientras cantaba y meditaba en las palabras de aquella canción con lágrimas en mis ojos le preguntaba a Dios: ¿y qué hago con esto? refiriéndome a mi corazón. Pues veía mi corazón en mis manos con enormes grietas no siendo digno de merecer un amor mayor. Cada grieta representaba alguien que me había herido, o una situación que me había causado dolor. Le preguntaba a Dios que cómo era posible que Él amara un corazón hecho pedazos y sin valor. Entonces sentí un susurro que me dijo: lo único que puede sanar un corazón herido es un AMOR sin reservas.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser. (1 Corintios 13)
Pude entender que no importa cuán fracturado o en cuántos pedazos este mi corazón, Su amor por mi sigue siendo el mismo. Dispuesto a sanarlo, restaurarlo y libertarlo de las heridas del pasado.
No se cuántas grietas pueda tener tu corazón; no se si haz llegado a pensar como yo. Tal vez has sentido que tu corazón no tiene valor o que no sirve. Si así es te invito a reflexionar en lo siguiente:
Lee 1 Corintios 13
Reflexiona en aquel amor que se describe en éste pasaje bíblico
Mírate con tu corazón en tus manos entregándoselo a Dios como obsequio. Te recuerdo que lo más preciado para Dios es tu corazón.
Mira como Dios, sin reservas ni restricciones acepta tu obsequio y comienza a sanar cada una de las heridas hasta ser restaurado.
¡No te restrinjas, no te cohibas; no te asustes, y acepta el amor sin reservas que el Padre tiene para ti!
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