¡Ánimo!

Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.
(Números 13:30)
Hace algunos días me encontraba en una reunión para un retiro que mi hija asistiría. El salón se encontraba lleno de padres y jóvenes emocionados por el evento pronto a ocurrir. En media de la alegría el pastor de jóvenes comenzó a hablar. Era un poco difícil de entenderlo debido a que no tenía un micrófono y el ruido del gentío lo complicaba aun más. Entre emociones y preguntas los padres intentaban mantenerse callados pero era casi imposibles puesto a que para muchos de ellos la experiencia de un retiro era algo nuevo.
No se si has tratado de escuchar a alguien hablar frente a un publico de 150 personas sin micrófono, y has entendido cada palabra que ha dicho. Para serles honesta a mi se me hizo inmensamente difícil. Le dije a mis hijos que se mantuvieran lo mas callado posible pero aún así el ruido en aquella habitación no me permitía escuchar. Así que tuve que enfocarme a profundidad en el pastor y con dificultad tratar de leer sus labios para no perderme ni una sola palabra. ¡La verdad que fue un gran reto para!
La vida tiene sus retos, especialmente cuando se trata de mantener nuestro enfoque en Dios, en su voz, y en su instrucción. Es interesante como el ruido de las palabras de otros pueden nublar y desviarnos de lo que podemos hacer o en quién nos podemos convertir. En la historia de Números 13 vemos cómo 10 de 12 espías que fueron a Canaan y regresaron con un reporte negativo.
Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura.
33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.
(Números 13:32-33)
Estas palabras causaron pánico desviando al pueblo de Israel. Enseguida hubo miedo en el corazón de todo aquel que las escuchó por algo que ellos nunca habían visto o enfrentado. Su miedo llego por las palabras de otros; de aquellos 10 espías que fueron a conocer la tierra que Dios les había prometido. ¿Qué causan tus palabras a aquellos que te rodean? ¿Tus palabras causan miedo, pánico, o desánimo? Piénsalo, nuestras palabras pueden causar miedo, pero también pueden traer ánimo, fortaleza, consuelo en la vida de otros.

Caleb dijo al pueblo de Israel:
Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.
(Números 13:30)
¿Cuánto ánimo traen esas palabras? ¡Hasta yo cuando las leo me emocionan! A pesar de la opinión de los demás, Caleb decidió dar un paso al frente y silenciar a aquellos que en aquel momento infundían miedo en el pueblo de Israel. Las palabras de Caleb traían paz, fortaleza y confianza a los corazones para que pudieran vencer los obstáculos mentales que estaban enfrentando.
¿Alguna vez has tenido que silenciar a alguien que ha traído miedo y pánico a tu vida para poder enfocarte en lo que Dios te quiere decir o a dónde te quiere llevar? ¿Alguna vez has prestado atención a lo que tus palabras infunden en los corazones de aquellos que te rodean? Somos hijas de un Dios que siempre trae esperanza, confianza, gozo, paz, fortaleza y vida a nuestros corazones con Su palabra. Su palabra nos anima a ser mejores personas, a creer por cosas mayores, a amar. Así que permitamos que su ejemplo nos guíe y nos anime a levantar a otras a:
-vencer
-perdonar
-confiar
-prosperar
-amar
Amiga, te invito a que tus palabras traigan ánimo y fortaleza a aquellos que te rodean para que así ellos también puedan disfrutar de la mejor vida que el Padre ha preparado para ellos.
Hasta la próxima,
Joydi Michelle

¿Te gustaría conocer más de Bible Journaling? Síguenos en las Redes Sociales @yopintomibiblia y verás éste y otros hermosos diseños. Además suscríbete a nuestro Canal de You Tube.
Comments