Gummy Worms

¡Qué bien nos sentimos cuando nos apetece comer algo en específico y logramos comérnoslo casi al instante.!Puede ser una comida, un helado o un dulce favorito. ¿Cuándo fue la última vez que deseaste algo y lo recibiste en menos tiempo del que esperabas?
Hace algunas semanas atrás mi familia y yo nos fuimos a pasar un fin de semana en un hotel del área. Un día antes de irnos para el hotel, sentí un fuerte deseo de comer los famosos dulces “gummy worms”(NO ESTOY EMBARAZADA!!!). Así que, fuimos al supermercado, hicimos una pequeña compra, y una de las cosas que compramos fueron los dulces que tanto deseaba comer. Al día siguiente, después de un día largo de trabajo, llegamos a la casa, hicimos nuestras maletas y, nos fuimos. Al llegar al hotel me percate que no había traído conmigo mis gummy worms! Y estuve toda la noche pensando en mis dulces, imaginándome comiéndomelos y saboreándomelos. ¿No te ha sucedido algo así alguna vez?
Les cuento que el hotel donde nos estábamos hospedando quedaba tan sólo a 20 minutos de mi casa. ¡Así que en realidad no estaba tan lejos de mis dulces! Al día siguiente mi esposo fue temprano en la mañana a la casa para pasear a Nina( mi perrita). El estuvo un buen rato en la casa pero, cuando regreso al hotel, regreso sin mis gummy worms, ¡que tristeza la mía!. Con la ansiedad que tenía de comer mis dulces nos fuimos para la piscina y, al cabo de un rato le dije a mi esposo que me acompañara a comprar una bebida. Mientras íbamos de camino para comprar algo de tomar, le iba mencionando a mi esposo los deseos que tenía de comerme aquellos dulces que tanto deseaba.
Le pedí a la persona que nos atendió que me preparara una limonada en hielo. Mientras la preparaba, mi esposo y yo mirábamos detenidamente cada movimiento que el joven hacía. Cuando estaba a punto de terminar, abrió una jarra y con unas pinzas de cocina sacó 4 GRANDES GUMMY WORMS Y LAS ECHO DENTRO DE LA LIMONADA. ¡Imagínense mi cara de felicidad!
Mi esposo y yo nos miramos y comenzamos a reírnos como dos niños pequeños. El joven mesero nos miraba curiosamente, pensando: ¿de qué se estarán riendo estos dos? Al instante le di gracias a Dios y , recordé lo que dice Su Palabra en Salmo 20:4
Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes.
En muchas ocaciones nuestra vida va a una velocidad tan rápida que no nos percatamos o, no le prestamos atención a detalles como este. Dios es un Dios de detalles y, no tan solo puede conceder los deseos de nuestro corazón sino que también desea concedérnoslo.
¿Te ha sorprendido Dios con un detalle alguna vez? ¿Puedes recordar cuán contenta te sentiste al haberlo recibido? ¿Recuerdas cuál fue tu expresión de agradecimiento al recibirlo? ¿Qué hiciste, gritaste, reíste, lloraste de agradecimiento? Dios quiere vernos sonreír. El desea que lo veamos a El como lo que El es; nuestro ¡Padre! Un padre lleno de hermosos detalles para sus hijos. Con sus detalles El desea que veamos la vida de una manera distinta, que la veamos llena de nuevas esperanzas y llena de gozo.
¿Cuándo fue la última vez que te sorprendiste con un detalle departe de Dios? ¿En qué has estado tan enfocada que no has podido ver todo lo que Dios te regala todos los días? ¿Cuán liviano pasas el detalle de la vida; el detalle de poder recibir un nuevo amanecer, de respirar, de poder tener una familia, un trabajo, una iglesia, buenos amigos?
Hoy quiero invitarte a que le des gracias a Dios. Dale gracias a Dios por todo aquello que has deseado en tu corazón y Dios te lo ha concedido, por todo lo que tienes y, lo que aún no has recibido. Y permítele a Dios sorprenderte una vez mas en el día de hoy!
¡Hasta la próxima!
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